
El viento en la cara y el paisaje montañoso acabaron por reconfortarle, y empezó a sentirse renovado, con fuerzas para afrontar cualquier situación que la vida le pusiera enfrente. El regreso desde Oropesa, flanqueando la costa por una carretera que discurre paralela al mar, acabó de hacerle recobrar su estado de ánimo. Sonaba Let the music play, de Barry White.

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